Sigo creyendo, más bien afirmando,
que te conocí en el momento justo. El momento en el que me hundia cada
vez un poco más. El momento que no veía la luz. En ese preciso momento,
vos viniste y me ayudaste a ver las cosas de otra manera. Me ayudaste a
salir de a poco de esa oscuridad que me habia metido y que no encontraba
salida. Me hiciste ver la luz y las cosas de otra manera. Me enseñaste a
sonreir sintiendo felicidad y no para que los otros me vean bien. Me
prometiste que todo iba a estar bien y yo sin dudarlo dos veces confié
plenamente en vos. Me diste todo lo que necesitaba. Me diste un oido
para escucharme, me diste unos brazos para que me contengan, me diste
una mano para nunca sentirme sola, me diste tu amor. Hoy tu amor es lo
más lindo que tengo, hoy tu amor me mantiene bien, segura, completa.
Hoy, gracias a tu amor, soy la mujer más feliz del mundo.
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